Mi sueño en tu piel blanca resbala
por mi despertar en la dulce mañana;
mujer al desnudo que mordió la manzana
para el paraíso del deseo en un cielo de gala.
Blanca luz divina al barro su delicadeza,
que en sexo débil el imán de su verbo oral,
es música de sordo el que la hace inmortal,
ese desnudo santo en son de gran riqueza.
¿Puede haber un cuerpo tan hechicero,
hermoso, sublime, y con esa suavidad,
que manos delicadas y llenas de virginidad
no quiera abrazar todo buen caballero?
Una mujer al desnudo es buena carretera,
sus líneas y sus curvas llevan al tramo
que más corre para darte ese ramo
de flores para que seas mi pantera.
Por haber vendado mi ojo y darte la luna,
y por querer abrazar tu hermosa cintura,
ciego estoy y ganas mías por ventura
que para mi enfermedad, eres mi mejor vacuna.