Nube de esperanza
En su vagar el viento le traía
en suave soplo que nos daba vida
con la frescura de agua bendecida
y paz que da rezar Ave María.
En mañana que fresca amanecía
la noche regalaba su partida
la oscuridad sucumbía a la herida
por los destellos que el sol le infería.
Era la nube tanto deseada
que nos traía presagios felices
y que en su vientre el agua resguardada
entre sus blancos y grises matices
muy pronto ofrecía ser derramada
para dar vida a las mustias raíces.