La invité a volar
pero había olvidado que tenía alas;
y su temor me preguntó:
- Y si me estrello en la sima
- recogeré tus pedazos,
para traerte a la colina
y te empujaré hasta que recuerdes el vuelo;
pero en verdad yo saltaría primero
y si fallaba…
sería el colchón para soportar su caída
mas cerró sus ojos
abandonó el aprisco
y volvió a su jaula
donde se sentía segura