A pesa de nosotros, el verde
nunca será negro,
a pesar de nosotros, el horizonte
siempre tendrá un reflejo fresco.
A pesar que ya no somos, la luna
siempre será una amante
a veces como una puta,
pero siempre una fiel acompañante
de almas que respiran para adentro,
de corazones sin aliento.
A pesar de que fuimos, las risas
se escaparán en más de un llanto,
y habrán llantos que se materialicen en letras,
volverán, renovadas, las horribles muecas
que gestan las almas solitarias
cuando se pierde risa y llanto.
A pesar de todo, aún somos:
caminantes que miran hacia atrás,
seres que se desgastan en caricias fingidas,
pero con un fuerte afán de volver a ser.