Hay dos tortugas apareándose en medio del océano
su ritual;
(que también se vislumbra lento)
no pasa inadvertido
y puede parecer minúsculo ante la inmensidad
sin embargo
la única forma posible que hay
para extender a nuestro propio eco
es invertir en esta danza etérea.
Las Tortugas
ajenas a los testigos
se olvidan de todo
incluso de las olas
intuyen que el ruido que emana de la muchedumbre
tiene remedio
y lo comprueban en un fotograma
al que le cabe eternidad.
La lentitud de las tortugas
puede tener una explicación
(Ahora soy yo el que intuye).