Son bellos labios de seda,
Dulce ambrosía hecha miel
Que se esparce por la piel
De esa espiga en la vereda;
Rayo de luz que nos queda
Como punta de un cincel,
Que convierte toda hiel
En ternura que se enreda;
Son tus brazos la delicia
Nobles puertas del Edén
Y tus manos la caricia,
Dulce regalo también;
Del amor, dulce primicia,
Y de vida, todo el bien…