Rojo de tu fuego, rojo de mi celo.
Blanco de mi anhelo, blanco en tu sueño.
Rojo de mi corazón, rojo de mi linaje lugareño,
mi pequeña patria en mi puño de pañuelo.
Tu olor verde y mi amante querida.
Mi ropa azul y abrazo universal
te amo y quiero tu calor a raudal
pues desde antaño tengo tu beso de despedida.
Te tengo a mi vera sin ver tu luna
y en esta soledad mía de amargura
a ti desnudo me vestiré de terneza.
Tu lento clarinete llega a mi cuna
pues niño soy por tu lisura,
porque soy tu hijo con toda certeza.