argantonio

El hombre de plástico

No me importa lo que

diga aquel que como

un árbol de plástico

no tiene raíces ni conoce

el sabor de la tierra.

 

Desaparecerá un día

sucio, pero sin arrugas

ni venas secas, en su

vida no habrá habido

ni siquiera coítos, solo

apareamiéntos.

 

Hasta los perros buscan

un sitio apartado cuando

se pegan.

 

El semen debería ser el

polen que se transformara

en explosivas margaritas

en los eriales abandonados

de la tierra.

 

Campos sin labrar sin más

jardineros que el viento

y los pájaros sin dueño.