shao

RISITA

A veces me gustaría verte llorar,

verte sufrir, herirte.

Me gustaría que te lamentaras

para reírme de ti.

Saltar en el charco de tus lágrimas,

de tu risita ajena

y salpicarte con indiferencia

de aquellos gestos forzados

de aquel abrazo mal aventurado.

 

¡Ay! De aquel beso,

ese que no llega a los labios.

¡Ay! Del te quiero mucho,

y todo sigue siendo en vano.

¡Ay! De tus mil perdones,

tan infinitos a la vez.

¡Ay! Del ven pues,

¡de mí estupidez!