De niño aprendí a leer palabras escritas.
Ahora transcurridos tantos años, me gustaría aprender a leer tu cuerpo.
Leer todos los poros de tu piel.
Leer la blancura de tus manos.
Leer en tus ojos del color del mar.
Leer en tu pelo de trigo.
Y ya puestos a pedir, también me gustaría,
Leer dentro de tu corazón.
Y una vez leídos todos esos libros,
Los guardaría para releerlos una y mil veces.
Dejarlos sobre mi mesilla de noche.
Y empaparme de ellos, antes que el sueño, y el rumor de Luna, cierren mis párpados.