A. Martinez

Buscándote.

Buscándote.

Salí a buscarte como tantas veces,
a recogerte donde te he pensado,
en las rodadas calles
en las esquinas rotas,
entre faroles que se quedan ciegos
por la costumbre de quemar
nocturnas mariposas,
donde cae el agua,
donde sube el humo.

 

De un solo trago respiré la noche,
y su sabor opaco
dejó neblinas en mi boca,
que me trajeron,
soñolientas historias de besos
transparentes,
saboreados con calma,
olvidados en rincones
escondidos de la ciudad.

 

Te hallé por todos lados,
donde siempre fui
y donde nunca anduve,
por puentes y túneles,
deslizándote callada
por mis pasos,
con tus ojos grandes
asombrados de la ausencia,
enseñando a pronunciar
mi nombre a los semáforos.

 

Eduardo A. Bello Martínez
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