Ahora
caen las hojas del olmo,
¡es otoño!
luego
cae la mañana envuelta en neblina,
¡es invierno!
más tarde
cae el sol de plata sin ser ocaso,
¡triste padecer el atardecer!
y por último
cae la luna de cristal sin brillo,
¡melancólico anochecer!
¡Caen, caen y siguen cayendo!
Ya no es primavera…
nadie florece por aquí,
y los cánticos
y bailes se han alejado
de estas tierras.
Ya no es primavera…
¡Pero!
¿por qué sigo mirando mi jardín?...