Vida… porque te consumes
Llena de realidad, y temores.
Porque no eres eterna...
Y dejas de llenar mi cabello de cana.
Porque dejas que me enamore,
Y luego con una flecha; rompes mis sueños.
Porque no dejas que se aclare,
Mi alma frágil, suelta en llantos.
Porque, si dejas que escriba…
Letras tontas, sin sentido;
Que van desde el olvido,
Y el amor… que en mis delirios escaba.
Y siempre a la espera de que regreses mi pluma,
Para dejar de escribir con mi dedo.
Y un poco de tinta, para no manchar de sangre mi cama.
Para escribir acerca de lo que veo, y de lo que no puedo.
Para seguir reprochándote,
A través de cartas imaginarias…
Que van desesperándote…
Con tantas plegarias.
Y con el fin de que me escuche…
Ya no llevo jamás mi estuche;
De plumas… y tintas…
Para jamás… tratar de escribir historias.