El espejo de tu alma
se rebela, en
esta violencia y amargura desatada,
donde mis labios mueren,
recordando
aquellas,
tus promesas de papel...
Te lo he dicho:
serán fuego...
promesas
requebrajadas de impotencia,
de frías lágrimas...
de incógnitas...
si no sé qué fue lo que pasó...
Mi boca busca
el milagro de tus besos húmedos
en este torbellino
plagado de incongruencias...
mi vida es ahora,
una nave en tempestad y sin dueño....
sin ancla, ni timón...
Sangre derramada y rancia
es este insomnio infinito...
añoranza, la penumbra de ese fuego ardiente
de tus promesas de papel...
que no se apaga,
a pesar del tiempo transcurrido.
Añoranza, que aún quema.
El viento agita las cortinas de este cuarto,
preñado de recuerdos,
adornado no ya con el amor eterno y
prometido...
Quemaré tus dichos de papel,
guardados por años
en ésta, la diezmada oscuridad
de tu ausencia....
El agua se desliza por mis manos,
gélida e inerte,
sin frescura,
como aquella sombra de las nubes
que dibujaban gloriosas
tu perfil amado...
El aire de este agosto desmañado
es como un murmullo...
una atadura al Pasado,
embriagado de espigas ennegrecidas
por el llanto contenido y aplastado
Busco, estéril,
ahogar los sollozos anudados
en mi alma y mi garganta...
y en aquel silencio ignoto,
de tu incomprensible
partida.
Lloraré sólo tu Sombra..
hasta que el cortejo del Olvido,
me regale
su arte mágico,
y los cauces de un río tumultuoso
me lleven al
Imperio de los colores radiantes,
de una nueva estrella...
de un nuevo y Verdadero
Amor...