Cuando besas mi corazón
la eternidad se hace un instante
mi alma encuentra la paz
que acaricia mis oídos
hundida en tus misterios
que llegan de tu cielo
hasta el dulce nido donde
reposa el día de mi alma.
El futuro esta presente
en tu universo de palabras
palpitando tu presencia
al sentir tu divinidad
huele a rosas,
coronando mi cabeza
un rocío impregnado
que me ha cautivado
derramando tu unción
y tu grandeza.
Rosa Maria Reeder
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