Porque podrán mentir nuestros cuerpos.
Podrán nuestros labios hacerse los idiotas,
evitando encontrarse nuevamente y
creyéndose completos desconocidos.
Podrán nuestras manos ser indiferentes con nuestras pieles
que languidecen por una caricia.
Podremos llegar a tratarnos de manera seca,
fuerte y hasta descortés.
Pero nuestras miradas...
nuestras miradas no podrán mentir,
no podrán evitar que recordemos tiempos más felices,
ni podrán dejar de reflejar todo el amor que queremos
o debemos callar en estos momentos.