Vino breve y fugaz, sin tropiezos divinos
en la brisa sutil cuyo anhelo revela.
Vino frágil quizás, pero nunca vencido
apartando el tal vez y la absurda sentencia
solo presto y vital, sin censuras ni mitos.
Vino breve y fugaz, sin ningún sortilegio,
el adagio escuchó en las rimas traviesas,
no buscó en el vergel, solo hurgó en el silencio,
contempló en su mirar el brillar de la estrella
que eclosiona al amar sin pedir privilegios.
Vino breve y fugaz en la umbrosa quimera.
Vino intacto a beber del torrente que inspira
sin siquiera anunciar ni augurar su presencia,
solo tuvo el honor de besar la sonrisa
junto al trino cantor que entre montes se empeña.
Acercando el vergel al divino remanso,
inefable el poder del perdón recupera.
Vino breve, al azar sin codicia ni llanto
solo quiso abrazar con sus alas viajeras
el desvelo frugal que encadena el ocaso.
Aimée Granado Oreña ©
Gota de Rocío Azul
Cuba / Estados Unidos de América