Hay días en los que flotas,
en la fría corriente del hastío.
Intentas nadar
Y los brazos te agarrotan el alma,
días húmedos y pegajosos
en los que el frío te oxida la voluntad
Y los huesos crujen, negándose a moverse.
El espejo se entela ante tus ojos
y las escaleras se voltean a tu paso.
Días grises que se convierten en años grises,
Pasados tenebrosos que asoman en el horizonte
amenazando repetirse.
Pero el huracán te empuja
Y la marea te arrastra mar adentro
donde acechan los tiburones de la desesperanza.
días en que la vida nos abandona
como a hijos desahuciados,
Días en los que la muerte parece sonreírte
pero que se aleja si pretendes abrazarla
como una mujer hermosa que juega contigo
sabiendo que tarde o temprano
dormirás en sus brazos.