Entre tantas realidades, disertación.
Resulta imposible finar la desilusión.
Tu agraciada figura, perfume, diluyó.
Aquel valle de colorida luz, se fundió.
Recuerdas el camino, juntos bailando el son
fresca morada tu dote, Doncella, mi Sol.
alegoría candente nocturno tenor
dintel lienzo rosa, instigó el devenir amor.
Recuerdas, perpetua arena arbitrio marfil cuerpo
y pertinente el silencio cristal arroyuelo
pétalos de orquídeas fundían velo cielo
suspiros fueron matinal medida del tiempo.
Escuchaste gotas liras exiguos lamentos
miles veces, cuan se apartaron cansados cuerpos,
Y la cálida aura fiel como estrella al verano
Surge lívida afección. Loco, doy por sentado.
Allí, por demás, vientre desnudo suave lelo
admito que recuerdas en cristal el despierto
disperso blanco tálamo, negro largo cabello
adviertes: nunca pase el instante eterno y bello.
Qué noches exquisitas para el amor sustento.
Entre gigantes sombras de verde monumento
bajo tibias aguas mi poseído embeleso
enarboladas serranías, miel es por beso.
Las envidiosas mariposas bajo tu seno;
allá, en lo alto, rosadas aves dislocan viento
que gritaban al azul nuestro íntimo momento
provoca miradas en pudor recatamiento.
Que imperioso amarte por testigo bosque inquieto
en goce caudaloso río a la mar sediento,
en penumbra del sol eterno espacio muleto
en las rocas, en nubes, en nido con silencio.
Y este penetrante, alocado senil recuerdo
es razón suficiente para todo mi lamento,
de tu corazón sólo compasión por acuerdo:
tu atrio, que es a mi vida razón y todo cierto,
(arribó la indiferencia). No destelle muerto.