Aveces prefiero perderme en tus recuerdos, en esos castigos interminables de besos y abrazos que nunca existieron.
Prefiero dibujarte en la arena, entre lobos y bailarines, escuchar tus susurros al oido mientras caminamos por la playa.
Prefiero sentir tus manos temblorosas acomodando los zapatos del cuarto.
Prefiero tener tu alma guardarda con los collares que usabas.
A veces Prefiero acomodar tu cama, acompañarte a la rambla y decirte hasta luego.