(Redondillas octosílabas)
A Puck encargó Oberón
una flor del Pensamiento,
y os aseguro y no miento,
que de ellas trajo un montón.
Se decía de esta flor,
que quien sus ojos lavara
del jugo que destilara,
encontraría el amor.
Pero el gran amor sería
aquel quien primero viera,
cuando sus ojos abriera,
y así, sin más, lo amaría.
Y así a un joven durmiente
sus ojillos le lavaron,
y en la gracia no contaron
con un despertar silente
que a todos causó sorpresa,
pues lo que primero vio
y por siempre fiel amó,
fue una haca portuguesa.
Y la leyenda destaca
del primer centauro vivo,
el polvo tan positivo
entre el durmiente y la haca.