Sebastián Rodríguez

Vacío

Su vida consistía en un constante perseguir de sueños,

pero así como él no los dejaba descansar,

las desgracias y azares del destino

lo mantenían en un constante peregrinar.

 

Vivía su vida con optimismo

creyendo que así ganaría la batalla,

pero su destino estaba escrito

y era la misma muerte la que redactaba.

 

Sonreía a los demás

para dar esperanza a su existencia,

sin darse cuenta que realmente

huía de su presencia.

 

Ahora,

viejo, cansado y tenso,

no puede contener las lágrimas que brotan

al terminar cada verso.

 

Ve el cuadro de su vida

lleno de manchas y brochazos,

producto de las tristezas

y constantes fracasos.

 

Anhela,

con cada segundo que le queda,

el poder ser de nuevo un crío

y ver,

si con esta nueva oportunidad

que le concediera el destino,

podría dejar de sentirse

vacío...