Hay momentos en que la noche se entretiene, sacudiendo la modorra de hacer siempre lo mismo y es en ese momento que comienza a vomitar sombras chinescas para jolgorio de sus admiradores.
Pero no todos la usan para esos menesteres, los hay quienes se refugian en ella, como por caso Roberto que usa la noche para esconder entre sus sombras un cúmulo de sinsabores, que no son únicos pero si… MUCHOS.
Para colmo veía como la desazón se apoderaba de todas sus ganas y ese nadar contra la corriente, lo alejaba cada vez más de la orilla.
Se había recibido de FRACASADO en todas las disciplinas imaginables.
Perdió un empleo inmejorable en una gran empresa, con un sueldo inmejorable y decisión de poder en muchas cosas. Todo eso se diluyó y para colmo al ir atrasándose en el pago de las expensas e impuestos, hizo que se quedara sin su coqueto piso en el barrio norte y luego como en cascada, se hizo humo esa angelical muñeca que le juró amor eterno.
Y por último se dio de lleno con una realidad, descubrió que como dice el tango: MUCHAS VECES LOS JUECES Y LOS AMIGOS…NACIERON PARA FALLAR.
Era tarde y faltaba aún lo peor, el regreso a su “mugriento” cuarto de pensión, lo más barato que pudo conseguir por el barrio de Constitución, el privilegio, si se lo puede llamar de esa manera, lo constituía el ser el único ocupante de esa “suite privilegiada” (por falta de clientes, nada más) cuando uno anda en la mala, estos pequeños detalles suelen ser una alegría.
Se acostó tratando de quedarse dormido de inmediato, puesto que el alba de un nuevo día, traía renovadas esperanzas de conseguir un trabajo, que paliara de alguna manera, un montón de necesidades.
En el bolsillo le quedaba el último peso para “el milagro de mañana”, se consolaba pensando que el alquiler del cuarto lo tenía cubierto por todo el mes, comenzó a dar mil vueltas en la cama, pero el sueño no venía, lo necesitaba imperiosamente no solo por el necesario descanso, sino para evadirse aunque más no sea por un par de horas, de esta realidad no deseada.
Tanta rabia acumulada y el gran dolor que le causaba su situación hizo eclosión esa noche y escuchó salir de su boca un grito desgarrador, buscando el porque de todo esto, si él nunca molestó a nadie y siempre cumplió con su deber y todo lo hizo sin defraudar a nadie.
Todo dicho en un tono de alteración extrema y exigiendo una respuesta perentoria, esta perorata de reclamos y rabia incontenida los dirigía con la vista hacia arriba…ÉL QUERÍA UNA CONTESTACIÓN DIRECTAMENTE DE DIOS.
Después de ese desahogo emocional se quedó más tranquilo, como si estuviese sedado y se le entraron a cerrar los ojos como en un sopor. Acto seguido se produjo como un resplandor y el cuarto se llenó con una luz intensa difícil de explicar, de ella brotaba una paz divina venida de un lugar sagrado.
No había logrado recuperarse aún de lo que había sucedido , cuando escuchó una voz celestial con visos sobrenaturales que le dijo: ESTOY DISPUESTO A ESCUCHARTE Y SER PARTÍCIPE DE TU DESDICHA, YO SIEMPRE ACUDO HACIA EL QUE ME NECESITA: TE ESCUCHO.
Temblando por la emoción y sabiendo que estaba hablando con el mismísimo Dios, fue que le dijo:¿ porque señor Dios me tienen que pasar estas cosas tan malas a mi?.
Contestóle : EL SUPREMO ¿quién crees tu que eres para que no deban sucederte esas cosas? Yo no lo veo de esa manera, al contrario, si te pones a pensar que a tus pocos años, has podido sortear infinidad de obstáculos que yo te he ido poniendo en el camino, con eso has logrado lo que a muchos les ha costado tener el doble de tu edad para lograrlo.
Se quedó mirando sin entender lo que el Señor le decía, ¿ cual era la recompensa?, si lo único que había cosechado fueron infortunios, Dios al ver que el muchacho no había entendido la lección se lo clarificó: has hecho acopio hijo mío de algo invalorable….EXPERIENCIA ¡LA TAN ANSIADA EXPERIENCIA!
Mientras tanto se diluía su voz y esa luz tan especial…SE IBA APAGANDO DE A POCO.
Boris Gold (simplemente…un poeta)