He venido hasta ti,
para que escuches
el dolor de mi canto,
tú que talas y matas
ya no anida,
mi trino en el árbol.
Tus surcos han trillado mi alma
tengo el llanto expirado.
Ya no llueve en el campo
el lobo se la ha llevado.
Mis mugidos son quebranto
rechina el filoso arado,
se ha devorado al ternero
y sin embargo amamanto.
De luto las lunas de enero
mudas las nubes de mayo
los ríos no dan sustento,
de hambre se muere el lago.
El mundo se está muriendo
languidecen el trueno y el rayo.