La otredad del ángel
me deja a solas
con su único apetito de rosas
y aromas del \"Déjà vu\"
brevemente caído
gira desvelado por su alba refulgente
precipicio de invisible frecuencia
y confunde su tiempo con el de la nevada
arrastrando el córvido ojo de Odín
cuyo vislumbre silencia
la evocación libidinosa de su estirpe