¡Oh días de gloria, dadme un sobregiro!
Jaime Jaramillo Escobar
Ahí está el falo. Colgante.
Esa es la casa y dentro está la cama
donde tú me darás lo que yo quiero
y puedo hacerte yo lo que te plazca.
Ese farol que pende de la puerta
como un dorado escroto,
ilumina el camino que nos lleva
hasta el altar cubierto de mantas y cojines.
Allí estaremos, mi puta deliciosa,
hasta que el Sol y la Luna hayan salido
tres días y tres noches sobre las praderas.
Después saldremos también nosotros
exangües de leches y de mieles,
pero no saciados.
Ahí está el falo que buscamos.
Esa es la casa y dentro está la cama.
No lo olvides, amor. Dinero no ha de faltar.