Alejandro

Ya no

Ya no busco razones en el viento,

ahora sólo riego el veneno de mi pluma,

ah! malestar eterno en mis arterias,

cuando el roce de este entorno

se cuela entre mi tinta.


Ya no veo, prefiero cegarme los sentidos,

salir corriendo, cual perseguido

por un alud de malaventuranza

que decrece nunca y deslumbra,

vislumbra, penumbra.


Ya no creo ni en la deidad de tus ojos,

manto de esperanza que cubría mi razón,

ya no creo, no miento, no quiero, no creo,

ahora bebo de la sangre de las sienes de la muerte.


Ya no ahorro emociones, las he gastado todas,

mi apatía tiñe la vida, mis hojas, mis huellas,

el eco de mis palmas en los cuerpos inertes

que semejan un calor tan falso como mi sonrisa.


Ya no tengo gusto, el whisky es arena,

los besos son dagas de hielo e imán,

el espejo, gusano que ve con envidia lo pasado

y el infierno el único calor que me anida

y libera de este mundo desolado.