Un bosquejo de cielo bajó de las alturas
a construir nuevos lienzos
que movieron la ternura...
color, textura,
matiz de viento y agua,
que se funde frente a mí
en un orgasmo de arte celestial,
que alumbra, crea y perdura...
en la existencia corta del presente,
en la vida,
en estos ojos
que me regalaron su imagen
absolutamente sublime,
absolutamente eterna,
completamente bella,
que solamente ella...
puede pintar.
Amir Estrada Loskot.