YO CLAUDIO

MI QUERIDA MARICEL.

Caminabamós por calles mirando vitrinas,

tomados del brazo, cuando de pronto,

nos miramos y sin decir una palabra

nos alejamos, nos perdimos entre la gente,

olvidando nuestro amor, un amor que nacío 

junto a la iglesia, y aquel cura que nos bendijo 

dandonós la señal de cruz sellandoló con un beso

y hoy todo se pierde con un adíos en silencio.

Nos miramos

y nuestras miradas se perdían entre la gente,

fue en aquel momento que quise correr tras de ti,

tomarte del brazo, decirte, que te quiero y besarte

pero no pude,

mi capricho fue tan grande como el tuyo,

que caí de rodillas y me puse a llorar.

Mi voz, en silencio gritaba tu nombre,

Maricél, Maricél cuanto te quiero mi 

mi querida Maricél.

Como se a pasado el tiempo 

y al pasar de nuevo por esta calle,

hoy me acuerdo ti y de un adíos en silencio,

y me pregunto, que será de ti, 

como estarás, si serás feliz,

con un suspiro y mirando al cielo 

me alejo de aquella calle en que te perdí 

y aquella calle, que me vio llorar de amor.