Caminabamós por calles mirando vitrinas,
tomados del brazo, cuando de pronto,
nos miramos y sin decir una palabra
nos alejamos, nos perdimos entre la gente,
olvidando nuestro amor, un amor que nacío
junto a la iglesia, y aquel cura que nos bendijo
dandonós la señal de cruz sellandoló con un beso
y hoy todo se pierde con un adíos en silencio.
Nos miramos
y nuestras miradas se perdían entre la gente,
fue en aquel momento que quise correr tras de ti,
tomarte del brazo, decirte, que te quiero y besarte
pero no pude,
mi capricho fue tan grande como el tuyo,
que caí de rodillas y me puse a llorar.
Mi voz, en silencio gritaba tu nombre,
Maricél, Maricél cuanto te quiero mi
mi querida Maricél.
Como se a pasado el tiempo
y al pasar de nuevo por esta calle,
hoy me acuerdo ti y de un adíos en silencio,
y me pregunto, que será de ti,
como estarás, si serás feliz,
con un suspiro y mirando al cielo
me alejo de aquella calle en que te perdí
y aquella calle, que me vio llorar de amor.