Abrí la compuerta
que cerré y con celo amoroso cuide.
Pero mi alma en jirones
no pudo más,
sus fuerzas cesaron
ante el embate de la soledad.
La mentira
compañera perpetua de tus acciones.
Yo estúpida enamorada
como justicia: ciega.
Una brizna de ayer
empañaba mi mente,
la obnubilaba
con recuerdos felices
que marcharon
hace mucho ya.
No pude seguir
al corazón engañando,
mil veces fracturado
por tu olvido
por la perfidia
con que manchaste todo.
No solo mentías,
también con silencio
mataste la confianza.
Lo sé,
no te importa
fui sola la loca
que amo
fui la ingenua
que pensó
que también me amabas.
El mar, los ríos y las nubes
se vertieron todos,
agotados ya
desesperanza
sólo queda
en el fondo de mis ojos
hoy.