¡Después halaga a tu amiga y acaríciala!
¡Enseguida lánzate sobre ella y tiéndela!
¡Lo tuyo es grande y lo suyo pequeño!
¡Ya leilí! ¡Ya einí!
Las Mil Noches y Una Noche
No desistas viejo romano.
Atlético fuiste y vigoroso
aunque hoy tus fuerzas desfallezcan
por tantas y tan duras batallas.
Bebe optimista el mejunje que hice para ti
con tripas de aves y de peces.
También de algunos reptiles,
esperma de ciervo y ciertos huesos de rana.
Puse igualmente, para no fallarte,
tres penes de lobo negro y siete huevas de erizo,
mezclados todos ellos
con el jugo secreto de la divina mandrágora.