Pasa que es así,
una vez que abrís los ojos
no los podés cerrar,
no podés ignorar más.
Te choca todo,
te arrepentís de todo,
pedís perdón por todo lo que hiciste mal,
y te prometes no volver a hacerlo.
Te prometes desconstruirte,
y desconstruir a quien puedas.
Y lo hacés,
pero no planeás como vas a hacer
para volver a armarte.
Porque no se puede planear.
Porque en el proceso de construcción
te vas a equivocar,
te van a corregir,
te vas a dar cuenta que te oprimen desde que naciste.
Y no vas a poder dormir en paz,
porque ahora caíste en la realidad,
la realidad de que nos matan cada 18 horas,
la realidad de que mientras yo escribo esto,
o vos lees esto,
seguro le gritaron a una piba,
o la manosearon,
u otra cosa peor,
la realidad de que no vivimos en paz.
Te mirás al espejo
y te decís que nunca vas a hacer un alma libre
hasta que no lo terminemos de tirar.
Entonces te prometes luchar con todo lo que nos impide ser y vivir.
Pasa que es así,
el feminismo es así,
es enfrentar,
corregir,
llorar,
empoderarte,
equivocarte,
es unirte.
Y te das las gracias por abrir los ojos.
También das gracias a las pibas
que te llamaron gritándote
para que te despiertes.
Escribís en tu pared,
esa que ves todos los días cuando te levantás,
\"Siempre resistir,
nunca desistir.\"
Así recordás lo que sos,
y lo que hacés,
te acordás que siempre,
siempre,
vas a luchar por las pibas.