La razon de estar contigo, no va de los días y las noches vividas, no data de los besos, caricias y locos abrazos, que sabemos dar.
Nada tienen que ver, las largas, y furtivas noches, de amor cautivo y desenfrenado. Donde nos perdíamos para siempre; donde el mundo era eternamente nuestro.
La razón de estar contigo, pienso yo. Viene de aromas, esparcidos por el aire, viene de sombras que nos cazan y claro, de nosotros.
Te amo, claro. Pero no puedo decir que te amo, sin una esencia tuya, que me cautive, sin una razón más que me permita definir la voluntad de ese dios que amamos tu y yo. Por el que seguramente nos queremos, en este, su infinito cielo, de no existir un dios, no habría una esencia que amar.