La noche está llena de sombras sempiternas
Que arrastran sus penas
Que son interminables cadenas.
Llenas de maldiciones imperfectas.
La noche está llena de oscuras casualidades.
Condenadas a sufrir de dolores,
Llenas de perfectas alucinaciones
Desequilibrante y delirantes.
En medio de un cónclave nocturno
Consternado de luz y sombra
Nació este amor casual bajo
La armonía de las ondas cismáticas
Locura imperfecta, delirio desconcertante
Trastornadas ansiedades,
Que nacen con perturbaciones
Bajo el silencio de la luz adyuvante.
Y se volvió psicótico
Bajo el desconcierto
De los desbordantes astros
Y del cerebro desconcertado.
Antonio Encinas Carranza
D. R.