Creo en el poder de sanación de la soledad , como una medicina para el alma, como un receta para hallar el amor propio, como un antídoto para contrarrestar el dolor y sanar una que otra herida porque hay ocasiones que el daño es irreversible y hay que aprender a sobrellevar las marcas que deja la vida. A veces no queda de otra.
Es un encuentro consigo mismo después de haber sido lanzado brutalmente a un precipito y perderlo todo, un encuentro con el tiempo que a unido poco a poco lo que queda de uno después del impacto. Es la forma tan sutil de decirle al mundo que estamos rotos y el alma también necesita reposo como cualquier otra enfermedad del cuerpo, que hay heridas internas del alma que suturan con el tiempo, pero hay otras que requieren un trato especial y no conozco mejor sitio que la soledad.
Que hay piezas que no encajan ni a presión, porque a mitad de la huida se pierden pequeños trozos de uno que jamas se podrán rescatar, cicatrices que aun duelen si se les llega a rozar con algún viejo recuerdo, pedacitos de uno que aun no embonan ni con el tiempo,
Nadie vuelve siendo el mismo después de por poco perderse a uno mismo hay muchas maneras de sanar, pero esta en uno mismo en tener la intención de ya no sangrar por aquellos que no nos merecen y hace muchos se fueron.
Que hay que comenzar a cosernos a nosotros mismos y no esperar a que alguien mas lo intente por nosotros. Siempre he valorado mas a una persona por como sabe curar sus heridas y el tiempo que se da para armarse a si misma , que una que cree que la cura esta en llenar la soledad con cualquiera que solo te cubra el frio por unas cuantas noches. Bien dicen lo que vale verdaderamente de uno es lo que sobre vive después de la guerra, que no la manera en como nos hicimos daño, si no la manera en como decidimos sanarnos lo que nos hace verdaderamente valientes entre el resto.