Cuando escribo mi historia me invade el sentimiento, me acongoja el sufrimiento al recordar, me detengo a llorar por momentos y dejo mi libro abierto.
Me recuesto entre mis letras, duermo en mis lamentos, despierto con la esperanza y el corazón envuelto en pétalos.
Sola estoy con mis recuerdos, nada se puede cambiar, quisiera devolver el tiempo y volverte amar.
Pero solo el corazón se puede detener en cualquier instante y mi alma te seguiría amando igual.
Inquebrantable a cualquier adversario, misterioso como el fondo del mar, irresistible y mágico.
Mi Hombre oriental, con mirada de acero, armadura de amor, sonrisa contagiosa, eres alegría y pasión.
Un continente nos separa, solo cartas recibo de ti, cartas que marcan nuestra distancia y unen nuestras almas enamoradas sin fin.
Isa