La luz del alba es tenue
rosada, y en flagrante optimismo
el alma exhala estrellas y sendas
de gorriones que en dulce arrobamiento
señalan horizontes, arcoíris traspasados
que inundan de esperanzas de colores
las faustas galas que me embriagan
de un tiempo a esta parte.
De un tiempo a esta parte
las notas y arpegios de hermosos niños nuevos
arruman los colores y empujan mil augurios
de verdes escaleras y altos campanarios
do anidan tantos sueños con rumbo al infinito.
Melíferas fragancias de sándalo
y gardenias pendiendo de musgos
del sendero nuevo,
hoy me saben libre
calmo, alegre, esperanzado.
Y así, quemando sin más
mis naves; aligerado de lastres,
algunos dulces lastres,
he sido abrazado por el viento,
besado el rostro por labios cristalinos
de la lluvia;
y pacificadas todas las tormentas
escogí para vivir
el lecho nacarado de versos sonrientes
y así estoy mejor, así, a plenitud,
de un tiempo a esta parte.
Bolívar Delgado Arce