He de recorrer incierto
Calles, senderos y lugares
Que han empolvado más
Que el pesar de los años
En los que he velado
Por ti, por todos ustedes;
Por la abuela Rosewood,
Y la pequeña Azalea...
En donde aquellas,
últimas cenas juntos
Fueron borradas.
Pero heme aqui
En esta larga espera,
Qué aún por interminable
No ha sido indigna.
Ha llegado nuestro tiempo
Y he de abandonar
mi alma, que aún incierta,
huye aterrada e insipida,
Ya no volvere
por ti Amada mía;
En espera del tiempo
yace entre mis manos,
Este pequeño racimo
de rosas marchitas.
(Y.)