Entre tantas palabras tiernas.
Mi témpano corazón corre peligro.
Frío Antártico de inquebrantable acero.
¿Podrá aguantar hasta el otro Lucero?
Vas despedazando mi armadura.
Tus actos, tu vos, como dulzura.
No lo deseo, me niego a caer rendida.
Pero la ironía, es que, nada lo evita.
Mis pies y corazón tienen otro dueño.
Van vagando por pasillos sin esmero.
Tantas palabras dichas llevadas con el viento.
Tanta rabia personificada a un solo sujeto.
Muerdo mi lengua, mi tiempo se detiene.
Voy cayendo en tus ojos de océano.
Nado en ellos sin salida, en círculos.
Debe haber escapatoria de tus hechizos y mis vicios.
Cada día sobria sin tu amor.
Tu hechizó me pegó y me tambaleó.
Una vez pudiste robarte un beso
Más eso fue cosa de único tiempo.
Dicen que si enamoras a un escritor o poeta.
Éste podría impregnar tu alma en sus obras.
¿Pero si en vez de enamorar, es herir?
Creo que te podrías ver al espejo en este poema.
MINIE HAKKINEN