Porque en mi pretender, ilusa yo intento en vano,
recordar y entender, el error peor humano,
¿Cual fuese el gran obstáculo? pues, pienso y no en balde,
pecar en tabernáculo, y jamàs deuda salde,
entre los lamentos, del continuo padecer.
¡Cuàn difícil la vida! si en múltiples lugares,
la ocasión da cabida, a razones peculiares,
teniendo otras salidas, liba las mieles dulces,
cometiendo va errores, mientras disfruta goces,
el macho de cavernas, con su paso salvaje.
Entre piernas llevado, ufano no evita viaje,
pero en propinar, tentaciones hay por montones,
sin golpear duro el pecho, ante equivocaciones,
infiel lo encontramos, desconcertado en amores,
y frente al propio despecho, caen los glotones.
Con febriles deseos, de proseguir errores,
al sufrimiento de hecho, suelen llevar directo,
sin contemplaciones, porque aquel placer y el tacto,
siempre termina en lecho de las fornicaciones.
Fue mi peor error, haber amado a un traidor,
quien nunca entro en razón, ni supo tener honor,
respeto a la pareja, que se volviera vieja,
fuese mona la desgraciada, o un poco tonteja.
Pero el homìnido resulto siendo un cobarde,
y para el justo arrepentimiento ya es muy tarde,
ella igual empatando el juego cayó de bruces,
ahora también deudora va haciéndose cruces.
Reflexión: Hembra y macho hacen pareja, pecando el portento pues animal lleva dentro, igual hace la víctima acreedora, que en su osadìa, planea venganza decidiendo pecar un dìa y olvidar asì su gran tormento, entonces justifica su tristeza, pues tambièn ella ¿Errores? cometió ¡A montones!
Raquelinamor
Agosto 19, 2018