Basilio Dobras Ramos

TE VI LLEGAR

Te vi llegar

radiante y clamorosa

como llega el invierno

al monte y la quebrada. . .

Y en esa hora

de siembra y regadío

todo el vigor del cielo

lloviendo

con ansias de horizontes

se quedó cuajado

en el remanso de tus ojos.

En ti se hizo la ciudad

pródigo jardín de luces

cuando la platinada orilla

meció sus aguas

y se anegó de estrellas.

Te vi llegar

gaviota enamorada

con ímpetu de rayo

a estas playas inmensamente mudas

para habitar mi barca

lejana y solitaria.

Tus alas desplegadas como velas

rescataron al náufrago bajel.