Basilio Dobras Ramos

NO EN VANO TE SOÑE

Entraste en mi puerto

penetrante musgo

asido al frío peñasco

en pródiga actitud de entrega

y fuimos uno

sublimados en el beso

que hizo arder la arena

cómplice extasiada.

No en vano te soñé,

dulce labradora mía,

esparciendo tu semilla

de púrpura encendida

en valle plácido.

Arribaste a mis playas

siempre lánguidas de espera

y te amé desde el alba

hasta el ocaso.

Zozobro aún en el océano

de tu piel bendita.