Lentamente y sin apuros
dejas caer tus prendas
sobre la nada misma, todo
va tomando su color
y el ambiente va mutando.
Los ojos ciegos no pueden oír,
solamente tu luz hablará y guiará;
mientras todo enmudece,
latidos diáfanos iluminan el éter pasional.
Dejas que tu manto cubra este
mi mundo anacrónico,
sin silencios, sin gritos,
solamente
una melodía interminable almibarada
con la brisa translúcida de tu voz callada.
Latidos juegan a buscarse
en la profundidad de la nada,
hemoglobina alienada sucumben
cuerpos para nada inertes;
párpados indecisos acompañan
el silencio y otorgan…
atónitos ojos mudos observan tu perfecta desnudez,
y en la alquimia de susurros confusos
la noche enciende sutilmente
sus ojos piadosos;
labios que dibujan en la oscuridad su mejor canción:
es el suicidio de soledades
en este lúdico momento donde
cuerpos siderales brillan a la par…
Perfectamente desnuda,
siento tu brisa acariciar mi pecho,
susurras tu despedida
antes que el día,
te encuentre entre mis brazos.