ROSA MUSTIA
¡Alejarme de ti, cómo quisiera!
para no acordarme del roce de tu boca,
pero a cada paso que doy te estoy amando
y extrañando el almíbar de tus labios.
¡Alejarme de ti, cómo quisiera!
y no cargar tus recuerdos que me queman,
de aquellos días que ardimos en la hoguera
y fuimos alma y fuimos piel, que se fueron calcinando.
Tu recuerdo día a día, ando cargando,
mientras pedazos de alma voy regando,
saturados de la hiel que me dejó tu olvido,
para que en la aridez de tu pecho, se vayan marchitando.
¡Por qué! no pude olvidarme de tus besos,
ni de aquellos días cuando estaba amando...
¡Por qué! el silencio atormentó mi vida
y nunca pude comprender de tu partida.
A la luna y las estrellas les pregunto,
si ellas han visto un amor que yo he perdido,
con su tenue titilar ellas responden...
Ese amor ya se ha ido... no esperes más por él..
tienes que dejarlo en el olvido.
¡Cómo he de hacerlo!
si lo llevo arraigado en mi alma,
de mi mente los recuerdos no se borran,
desde el mismo instante en que le he conocido
los llevo como grilletes purgando una condena
y siento que hierve su sangre en mis arterias
y como hiedra venenosa se expande en mis entrañas
y se aferra con tal fuerza... con la fuerza de una fiera,
que sería imposible arrancarlo de mi vida.
Tendré que vivir encadenada a su recuerdo
y estar anhelando sus manos, en mis manos,
estar suspirando por el aroma de su piel,
estar esperando una caricia apasionada,
soñar con el fulgor de su mirada,
escuchar de sus labios decir nada,
dormir sola en la noche con mi angustia,
faltarme su presencia como el aire que respiro,
sentir que sin él mi vida pende de un hilo,
estar tan marchita como la rosa mustia,
exhalando mi último suspiro.
Felina