Menesteo

Anduve muchos caminos

 

 

 

Anduve muchos caminos, de ninguno me quejé,

Lo llevé como destino para llegar a mi vejez. 

 

He conocido mil sitios y tratado con sus gentes,

Tan buenos como los míos, siendo algunos diferentes.

 

Salí de mi tierra un día envuelto en vientos del sur,

Cruzando valles y  montañas, llegue hasta tierra astur.

 

Fui conociendo su gente al nacer cada mañana,

Al caer el sol poniente, y el sonar de las campanas.

 

Rebosante de ilusiones emprendí  yo sin temores,

Los retos que llegarían en esa tierra de Honores.

 

Fui conociendo sus pueblos, por cada nuevo destino

Y pasaron muchos años, recorriendo sus caminos.

 

Un tiempo que no se acaba, atormentado me tiene,

Tan lejos como yo estaba, rompiendo estaba mis sienes.

 

Ella me estaba esperando, con siete años de novia,

Para vestirse de blanco y escribirlo en nuestra historia.

 

Y lo hicimos un buen día…una mañana de estío,

Elegante y bien vestidos, como mujer y marido. 

 

Un verano placentero, de ilusiones y alegrías

Llenaba con emociones nuestros cuerpos cada día.

 

Así se fueron los días, sin apenas descansar

Retomándo mis deberes después que me fui a casar.

 

Todo lleno de ilusiones con las maletas partimos,

Llevándonos el viejo tren; donde los dos decidimos.

 

Sueños de jóvenes mozos van surgiendo cada día,

Llenos de amor y de gozo, por aumentar la familia.

 

Llegando el feliz momento, con la señal de la sangre,

Que como cosa de cuento, se fue sin saberlo nadie.

 

Y nos colmó de alegría, aquella criatura hermosa,

Con su piel toda de rosa, siendo lo que más quería.

 

En la tacita de plata vino mi tesoro al mundo,

Sufriendo por su tardanza, con un pesar muy profundo.

 

Un río que se desborda antes de llegar mi niña,

Quedando triste mí esposa, sin fuerza para parirla.

 

Pero llegó linda y sana, su madre un poquito, herida,

Que retardó su salida la estrechura de su cama.

 

Contenta duerme mi ángel sin saber de su hermosura,

Es una linda locura, de tul y encajes, vestida.

 

Llegó el temido viaje para la pobre criatura,

Con su cuerpo de ternura, junto a sus queridos padres.

 

En su cuníta dormía hasta que le entraba hambre

Y llorando ella pedía los pezones de su madre.

 

Quiero seguir con mi historia para contarle a mi gente

Algo que mi alma siente y me viene a la memoria.

 

Doce años fue mi estancia, de esa larga travesía,

Salida de Andalucía con sentimiento y constancia.

 

Y en la tierra de las méigas también  fuimos a vivir,

Junto a un bronco y frío mar, donde vivimos feliz.

 

Toda de verde esmeralda, con lluvia siendo cantar,

Siendo la humilde morada del peregrino al llegar.

 

Eran los sónes de gaitas, mientras van soltando el aire,

Bailando estaban sus gentes, muñeiras con gran donaire.

 

En su capital vivimos meses de amor y de gloria,

Cual los tres de peregrinos, paseando por la Historia.

 

Llamando sobre la puerta que te llevan a la gloria,

Andaluces peregrinos, lo guardan en la memoria.

 

Mi esposa fue bendecida antes de irnos de vuelta,

Con embarazo a las puertas pariendo una vida nueva.

 

Nos lo trajeron los Reyes un frío cinco de enero

Para nacer en Oviedo anunciado por el cielo.

 

Tan lindo como Jesús, con sus rubios cabellítos,

Era mi vida y mi luz, mi niño lo más bonito.

 

Se abrieron nubes del cielo cubriendo de blanco manto,

La noche del nacimiento con un bendecido llanto.

 

Era mi niño rubíto, esperando sus juguetes,

Para quedarse dormido en esa noche de Reyes.

 

Como plantón sobre tierra, de un campo bien abonado,

Van creciendo con soltura, sus raíces, enramando.

 

Para su hermana es locura, un juguete entre sus brazos,

Tiene con él tal ternura, por tenerlo en su regazo.

 

Creciendo van día a día, demostrando su cariño

Con alguna otra porfía, por los juguetes del niño.

 

Mi niña ya está en la escuela pintando y coloreando

Haciendo sus dibujítos que, a su hermano le va dando.

 

Rodeada de amiguítos se está muy bien adaptando

Van cogidos de la mano y siempre están jugando.

 

Van creciendo despacito como un árbol chiquitíto

Recién sembrado en la tierra con agua y solecíto. 

 

Al puerto vino a nacer; y fue mi niño tercero

Para su hermana un juguete que, le daba gran placer.

 

Llegó, con el calor del estío y su madre lo ha parió

Entre nubes de algodón, porque el viene con frío.

 

Con tan solo treinta días nos pusimos en camino

Retornando a mi destino, allí nos fuimos los cinco.

 

Atravesamos España, desde el sur de Andalucía

Hasta la tierra Asturiana, donde allí ya residía.

 

No quiero contar tristezas, esas las llevo en el alma

Para no perder la calma y contar nuestras proezas.

 

Mi  niña se hacía moza a los ojos de sus padres

Y tomó la comunión en la más bonita iglesia

que podía imaginarse.

 

Vestida toda de blanco con un ramito de rosas

Iba toda primorosa mi niña llena de encanto.

 

Menesteo