Es la muerte de un esqueleto de oro;
es la muerte del verso verde,
y con este verde verso ardiente
las palabras del árbol (que es vida)
en libro muerto vive la poesía.
Muerte de un poeta sin tumba querida
ni cuadernos verdes ni su cruz amada,
¡quiera Dios esta alma sonriente!.
Su amor oscuro en puro corazón...
¡ay, corazón sangriento en lágrimas!
¿Qué no pudimos leer sin el aliento
de tu ser que la Muerte se llevó?.
SEGUNDO POEMA DEDICADO A FEDERICO GARCÍA LORCA
Abril 2.018 NACHO REY