argantonio

La cal viva

Llegada la primavera ,se hacían dueñas del aire las golondrinas y de las alturas las cigüeñas ,en los muros del convento trepaban las enredaderas ,la antigua cerámica italiana brillaba como nueva, se aproximaba la explosión de dolor y pasión de la semana santa y la plaza se llenaba con los copitos blancos de las acacias , las vecinas de las viejas casas llamaban al mariquita que con fuerza masculina y su natural gracia blanqueaba todas las paredes y los altos techos de madera , era alto quizá por eso le llamaban El Palmera almorzaba cada día con una familia , sintiéndose como una reina , a nosotros nos hacía reír con sus gestos afeminados. Aquel hombre de voz recia y  barba prieta ,era una entrada graciosa de la primavera.