La Gran Luz
Fue en la primigenia oscuridad
El tiempo forjaba las piedras
Imperaba quietud bajo las estrellas
En un silencio de arcana soledad
Allí se desenvolvía un longevo letargo
Que a la tierra amortajaba
A sus descomunales páramos coronaba
Desperdigando un matiz amargo
El cual fluía hacia tenebrosas ciénagas
En las que se reflejaba un cielo
Que aún no concebía el errante vuelo
Para que alumbrase las peñas lóbregas
Los negros mares se desangraban
Vertiendo al primitivo océano
Sobre el lecho antediluviano
Donde las tinieblas zozobraban
Pero aquella quietud inmemorial
Feneció ante un estruendo desmedido
Se agitó la tierra ante aquel sonido
Emanado desde un embate sideral
Entonces el cosmos fue inmerso
En el fragor de una divina batalla
Que atravesó a la cósmica muralla
Situada en los confines del universo
Por primera vez hubo movimiento
Se estremeció la quietud inanimada
Ante una energía ilimitada
Que arribaba del infinito firmamento
Hacia el centro de la bóveda sombría
Comenzó a brotar un tenue resplandor
Impuso en las estrellas su fulgor abrasador
Al que una prodigiosa espada encendía
Impregnó con su luz a este mundo
Su halo maligno bañó la quietud
Iluminando a la yerma amplitud
Cual si fuese un sol furibundo
La gran luz del firmamento se descolgó
Surcó el cielo bajo la forma de un meteorito
Dejo una inenarrable estela en el infinito
Y luego hacia el poniente su luz ahogó
Fueron chispas de una hoja de hierro
Que brillaron antes de los albores de la vida
La antigua quietud fue abatida
Con las llamas impías del destierro
Jonathan Pioli