argantonio

Bermejales

Estaban todas las rosas escondidas

y los madroños duros como piedras

y se habían secado las viejas yedras

y las mimosas estaban desaparecidas.

 

Quería brillar el sol bajo la nube

se escuchaba tímida la chicharra

estaban secas las uvas en la parra

y yo buscaba el paraíso que nunca tuve.

 

Pero en aquella soledad de hormigas

solo vi mariposas blancas

por encima de las secas hierbas.

 

Florecíllas blancas al pie de las ortigas

algarróbos secos en las barrancas

allí dos tórtolas enamoradas observas.

 

Esta soledad me acompaña y anima

anuncia la llegada del otoño

esta de hoy será la última calima

los árboles secos como aquel olmo

darán un retoño.