La noche espléndida en su claridad
La luna más inspiradora que nunca
Las estrellas a cual más bellas
Me aparto de la cama y voy a la ventana
Para contemplarlas fascinado
Me embarga una inexplicable emoción
Me ha nacido un hijo varón
Que está acostado en su cuna.
Al verlo siento la ególatra sensación
De que a sus pies se rinde el mundo
Así lo veo tan frágil y poderoso a la vez
Sonrió, es mi continuación en la tierra
El que hará que siempre me recuerden.
En tanto las simientes perduren
Uno no muere nunca.
La vida, ese algo que te obliga a marchar
Para bien o para mal
A veces te alienta y otras te mata
Para que todo al fin de cuentas
Termine en el inevitable final.